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Un paseo matutino 2.




 Un paseo matutino 2.

Que bien me siento, lo primero ha sido pasear a la perra medio dormida, y lo segundo irme desde  mi calle, que bordea toda la playa, pasar por el Paseo y ver el sol grande radiante y el edificio de gas natural en la Barceloneta y la estación de Francia, hasta llegar al edificio de Correos y luego seguir por el Puerto y ver los barcos de  recreo anclados, algunos eran yates, otros veleros …
Me he bajado de la bici en el Monumento a Colón para empezar a andar con mi mochila al hombro y la cámara de fotos al cuello. Las Ramblas estaban vacías, sólo algunos madrugadores compraban periódicos y flores en los típicos kioscos.
 Yo he comprado el periódico y me he quedado con las ganas de comprarme un ramo de rosas rojas pero, he preferido ir a lo práctico y entrar en el famoso Mercado de la Boquería , ahí si había ambiente. La gente ya iba por la cervecita y el pincho de tortilla de patatas o de calabacines o de setas… mucho donde elegir .
 He comprado pescado fresco y una papaya, que en mi barrio no encuentro. He disfrutado con el colorido de los puestos de fruta bien colocada, más alegre que un árbol de navidad y los exóticos puestos de frutos secos dónde había de todo: nueces peladas y sin pelar, pistachos, almendras, higos pasaos, dátiles… de todo lo que os podáis imaginar .Y otro puesto de bombones de chocolate, bien puestecitos en bandejitas con sus mantelitos blancos, que a mi que soy golosa se me iba abriendo el apetito y me he salido del mercado antes de empezar a comprar tentaciones, que luego una pone unos kilitos de mas.

Maribel Fernández Cabañas.

Un paseo 2 .


Un paseo.

El día tiene muchos momentos algunos dulces, otros mas amargos, pero cuando se trata de que pase el sinsabor, para mi no hay nada mejor que buscar la belleza y la paz en el paisaje y hacer un poco de ejercicio, por este precioso y modernista parque.
En él puedo ver   las hojas de los árboles iluminadas por la luz del sol, que tanto alegra,o un rascacielos reflejado en el agua del lago, por donde pasa volando una gaviota. Hay gente tranquila como yo, que se relaja viendo el agua y nos miramos cómplices, ante lo que nuestros ojos ven.


Maribel Fernández Cabañas.

El trastero.


El trastero.
Cuando me disponía a meterle prisa a mi hijo para que se probara el pantalón del chándal  y mi hijo pasando y entonces luego me estaba poniendo el delantal para cocinar rápido para así tener el resto del tiempo libre, para  ponerme con la lectura y escritura, mi hijo me pide  por favor que le busque el inalámbrico y hemos ido al trastero, Si tenemos de todo, hasta un teléfono inalámbrico. Abel tiene prohibido el acceso al trastero. Pero  esta vez, considerando que ya es mayorcito lo he llevado. Es curioso ante sus ojos lo que había eran estanterías con cajas y maletas, estanterías separadas unas de otras un metro y el enseguida ha dicho:
 _Aquí se podía poner un sofá y un puff…
-Si hacer una casa, ¿verdad?.Simplifico yo.
Donde yo veo trabajo desorden y suciedad el ve otro mundo.
_¡No hay luz aquí!, le contesto.
_Pero papá, que es electricista, me ha dicho que se puede poner luz…
_Si pero, nos denunciaría la comunidad de vecinos.
_¿Por qué mama?
_Pues porque….  ahora no te lo puedo explicar detenidamente porque hemos venido aquí a buscar los inalámbricos.
 Mi marido y yo odiamos el trastero porque queremos vaciarlo, pero cada vez esta mas lleno y hay polvo y lo tenemos que limpiar e ir al punto verde, con lo que ya no sirve, que podría decir que es todo.
_mamá mira mi pelota, dice mi hijo al abrir una caja, esta no me la tires.
_¿Y el Robotraptor?¿ lo quieres o lo llevo a la cabalgata benéfica?.
-          Este robot nunca lo supe hacer funcionar…
Entonces me vino a la mente que le hemos regalado juguetes que no correspondían con su edad.
-¿Abel quieres esta montaña rusa o la tiro?
-No no la tires que la pondré en funcionamiento. Mamá me acuerdo que a ti no te gustaba el ruido que hacía y le quitaste las pilas.
Pues nada un trasto más que subimos para el piso y los inalámbricos no los encontramos.
Y curioso… se acordaba de que este juguete fue de años atrás en su cumpleaños y yo por el contrario me acordaba de que ese juguete fue del año en que murió mi tio y el se acordaba de que una de las manualidades, que aparecieron en las cajas, la hizo para regalársela a nuestra nueva, monísima y cuca mascota la perrita Nina. Yo me acordaba de los pipis que se hacia nuestra incívica  Nina por la casa.
Y ya claro, ni se probó el pantalón, ni lectura, ni escritura para mí, ya sólo montaña rusa y cena.



Maribel Fernández Cabañas

Una mujer.


Una mujer.

Ella limpia, plancha, echa leña en la chimenea y calienta la casa para cuando ellos lleguen.
La visita una amiga de ciudad, la cual le dice:
_¡ Vamos a tomar el vermut que es domingo!
Ella, que también quiere darle el gusto a su amiga, responde agobiada:
_ ¡ Espérate a que se haga la carne en salsa!, la amiga , comprendiendo su afán por tenerlo todo listo para cuando lleguen, le dice:
 _No te preocupes querida, que voy a la bodega de Paco y tomamos el vermut en casa.
Y mientras van llegando ellos de coger espárragos.


Maribel Fernández Cabañas.